7.- La Cuarta Cruzada

 El Papa Inocencio III (1198-1216) nada más ser elegido Papa convocó la Cuarta Cruzada. Sin embargo, la Cruzada se veía amenazada por la guerra que estaban librando los reyes de Inglaterra, Ricardo Corazón de León y de Francia, Felipe. No obstante, al final accedieron a firmar una tregua que no se pudo llevar a cabo por la muerte de Ricardo durante un asedio.

 Al tomar parte en la cruzada decidieron seguir con la estrategia de Ricardo en la anterior cruzada: la toma de Egipto que era el centro de poder de los musulmanes.

 Para llegar a Egipto decidieron que la mejor forma era por mar y evitar así los peligros de una larga expedición por tierra. Para ello, era necesario alquilar una flota de barcos y acudieron al Dux Enrico Dandolo, gobernador de Venecia.

 Enrico Dandolo se comprometió a poner a disposición de los cruzados naves suficientes como para transportar a 4.500 caballeros, 9.000 escuderos, y 20.000 soldados de a pie, así como provisiones junto a 50 naves de guerra. A cambio de esta ingente cantidad de naves, los cruzados deberían pagar la suma de 25.000 kilos de plata.

 Mientras el ejército cruzado invernaba en Zara, llegó un mensajero portador de una oferta del pretendiente al trono bizantino, Alejo. Si el ejército cruzado se desviaba hasta Constantinopla y le ayudaba a reconquistar su trono, Alejo no sólo estaba dispuesto a garantizar el pago de la deuda que los cruzados habían contraído con Venecia, sino que además se comprometía a aportar a la Cruzada:

  • 200.000 marcos de plata.
  • Unirse a la cruzada con 10.000 hombres.
  • Dejar un destacamento permanentemente en Tierra Santa.
  • Someter a la Iglesia Griega a la autoridad de Roma.

 Aunque los líderes de la Cruzada veían esta como la única solución, el grueso de las tropas estaba cansadas El 24 de junio de 1203 el ejército cruzado se encontraba ante Constantinopla.

 Los habitantes de Constantinopla estaban muy descontentos con su nuevo emperador, no querían pagar maores impuestos para los cruzados. Los cruzados deliberaron sobre lo que convenía hacer. Decididos a recuperar la ciudad por la fuerza y a colocar en el trono a un emperador latino.

 Atacaron por primera vez la ciudad el 6 de abril de 1204, pero fueron rechazados con un gran número de bajas. Seis días después reiniciaron el ataque. Los cruzados consiguieron abrir una brecha en la muralla en el barrio de Blanquerna. Al mismo tiempo, se produjo un incendio en la ciudad, y la defensa bizantina se desmoronó.

 Tal y como habían acordado antes de tomar Constantinopla el nuevo Emperador fue elegido por delegados venecianos y franceses. El nuevo emperador del nuevo Imperio Latino fue Balduino, que se quedó con la cuarta parte del territorio, mientras que el resto se lo dividirían entre los venecianos y los franceses. Lo curioso es que una Cruzada que originalmente fue convocada para salvar Constantinopla acabase con su destrucción.

 En Abril del 1205, la cuarta cruzada fue disuelta, dándola por finalizada tras siete años sin haber cumplido su objetivo original que era recuperar la ciudad Santa de Jerusalén.

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